jueves, 11 de diciembre de 2008

Neix estructura52

Estructura52 és un espai d’anàlisi i crítica social que neix amb l’objectiu de donar cabuda a totes aquelles opinions i lectures que vagin més enllà de les línies establertes per la gran massa social. Intentem cobrir tots, o la majoria, de temes que requereixin un estudi més profund per tal de desenvolupar-nos com a individus socials.

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Continguts
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-¿Qué es la sociología?

- La socialzación

- Vídeo conflictivitat global

- Cultura y sociedad

- Video Batallas urbanas

- Estratificación y estructura de clase

- Tipos de desigualdades

- Diferencias de clases

- Pobreza y desigualdad

- Les desigualtats de gènere

- La mort de les polítiques socials

- Indivualisme internacional
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Alex, Eloy i Gerard.

PD: disculeu si el bilingüisme us causa alguna mena de problema, és degut a la barreja cultural que existeix al nostre grup, ja que som un argentí, un germano-espanyol i un català de pura cepa. Gràcies.

PD2: Us hem deixat a la part dretadel blog un servei per a llegir notices relacionades amb la sociologia i a sota aquest servei us hem afegit un espai amb les millors cites cèlebres de diverses personalitats.

¿Qué es la sociología?, según Giddens

La sociología es la ciencia que estudia de manera constante las sociedades humanas y que se centra en los sistemas industrializados, Se ocupa de estudiar la vida social humana, además de sus grupos y sociedades. Su objeto principal de investigación es el comportamiento propio de cada individuo como ser social. Aun así, el ámbito que abarca la sociología es extremadamente amplio. Constituida como intento de entender los cambios en las sociedades humanas
En la sociología uno se enfrenta a dificultades por la complejidad de convertir el comportamiento en objeto de estudio.

La práctica sociológica implica imaginación y distanciamiento de ideas preconcebidas sobre las relaciones sociales. La imaginación psicológica es un factor determinante en el trabajo del sociólogo, concepto desarrollado por Wright Mills (1970), que implica y requiere pensar de manera ajena a las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas y convertirlas en algo nuevo. Muestra cómo los individuos se preocupan por aspectos muy generales, como el divorcio o el desempleo; aunque nos ocurra, siempre pensamos en ello. Nuestras actividades estructuran al mundo social en el que nos encontramos y, a la vez, son estructuradas por éste. Así pues, la sociología investiga el vínculo entre lo que la sociedad hace de nosotros y lo que hacemos de nosotros mismos.

Tiene consecuencias prácticas: La sociología permite ver el mundo social desde varias perspectivas, evalúa los efectos de las políticas y proporciona autoconocimiento y medios para incrementar la sensibilidad cultural y autoconocimiento. A mayor comprensión, mayor control de situaciones.

Comte, Durkheim, Marx y Weber han sido los máximos exponentes.

Comte introdujo el término “sociología”. Quiso crear una ciencia social que explicara las leyes del mundo social. Estableció la “Ley de los tres estadios”, que el ser humano ha atravesado para entender el mundo: el teológico (ideas religiosas), el metafísico (sociedad como algo natural) y el positivo (técnicas científicas aplicadas al mundo social). Por último, le preocupaba que la industrialización produjera desigualdades y la amenaza que suponían para la cohesión social.

Respecto al cambio social, la perspectiva de Marx se basaba en la “concepción materialista de la historia”, que establecía que las principales causas del cambio social no son las ideas, son las influencias económicas. “Toda la historia humana hasta el presente es la historia de la lucha de clases”. Los sistemas sociales, para él, pasan de una forma de producción a otra en virtud de las contradicciones que se producen en sus economías.

Durkheim consideró la sociología como una ciencia que respondiera a preguntas filosóficas tradicionales mediante un análisis empírico. Estableció un primer principio sociológico: “estudia los hechos sociales como si fueran cosas”, por lo que la vida social puede analizarse con el mismo rigor que los objetos.
La sociología se preocupa por estudiar los hechos sociales, que son las formas intangibles de actuar, pensar o sentir externas a los individuos y son coactivas en ellos, por lo que éstos siguen las pautas habituales de la sociedad, aspectos de la vida social. Es necesario dejar de lado ideología y prejuicios para estudiarlos.
Se preocupaba, además, de los cambios sociales de su época (siglo XVII) y la solidaridad social y moral

Por último, Weber intentó comprender la naturaleza y las causas del cambio social. Eran importantes tanto los factores económicos como el impacto de ideas y valores sobre el cambio social.
Creía que la sociología debía centrarse en la acción social, no en las estructuras. La motivación y las ideas del ser humano impulsan el cambio. Todo individuo es libre de actuar, aunque también afirma que las estructuras sociales se forman mediante una compleja interconexión de acciones. Expandió la idea del tipo ideal, un modelo conceptual y analítico para entender el mundo. En cuanto a la racionalización, para Weber la aparición de la sociedad moderna iba acompañada de cambios en las pautas de acción social. El desarrollo de la ciencia, de la tecnología moderna y de la burocracia era para Weber la racionalización: la organización de la vida social y económica en función de principios de eficiencia y apoyándose en conocimientos técnicos.),

La sociología goza de varios enfoques: el funcionalismo, las teorías del conflicto y el interaccionismo simbólico.

El funcionalismo es una corriente que argumenta que la sociedad es un sistema complejo cutas diversas partes funcionan conjuntamente para generar estabilidad y solidaridad. Dice que la sociología debe investigar la relación entre cada componente de la sociedad y la que se da en el conjunto de esta. Recurre a una analogía orgánica para comparar el funcionamiento de la sociedad con el de un organismo vivo. Da importancia al consenso moral para mantener orden y estabilidad social.

Las teorías del conflicto se basan en sus teóricos, quienes rechazan la importancia capital que atribuye el funcionalismo al consenso. Se centran en cuestiones como el poder, la desigualdad y la lucha. Como Dahrendorf afirma, el conflicto “surge de diferentes intereses propios que tienen los individuos y grupos”.

El interaccionismo simbólico tiene por objeto de estudio el objeto, lo que representa a una cosa. Los gestos o formas de comunicación también son símbolos. Como los individuos vivimos en un universo lleno de símbolos existe una interacción de símbolos.
Esta corriente dirige su atención a los pormenores de la interacción personal y a cómo se utilizan para dar sentido a lo que otros dicen o hacen.

Por lo tanto, la sociología abarca diversas perspectivas teóricas, es una disciplina en la que se observa con gran atención las influencias que conforman nuestra vida. También se preocupa por las cuestiones naturales de interacción social y por el conjunto de las sociedades humanas.
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Alex

La socialización

La socialización y las agencias socializadoras.


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Etapas de la socializacicón


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Alex

Conflictividad global

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A cada racó del Món, sempre hi ha gent que lluita i decideix no ademtre el sistema preestablert i lluitar per quelcom millor.
Nota: per motius tècnics aliens a nosaltres, les fotos s'han descompassat i no coincideixen totalment amb la música.
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Gerard

Cultura y sociedad

La cultura se refiere a los valores que comparten los miembros de un grupo dado, a las normas que acatan y a los bienes materiales que producen. Cultura no significa únicamente “aspectos elevados de la mente” (como el arte, la literatura y otros), se refiere, además, a modelos de conducta, a modos de vida de los miembros de una sociedad. Se distingue conceptualmente de “sociedad”, aunque esta es un sistema de interrelaciones que conecta a individuos entre sí. No puede haber cultura sin sociedad ni viceversa. Qué nos distingue de los animales y de dónde proceden nuestras características humanas es a lo que responde la sociología.

Una variante de la sociología, la “sociobiología” (en la que se aplican principios biológicos a la explicación de las actividades sociales de todos los animales sociales, humanos inclusive) ha avanzado en estudios del comportamiento animal. Pero por lo que respecta al humano, se basa únicamente en especulaciones.
Los sociólogos y biólogos dicen que el ser humano carece de instintos, (referido a modelos de comportamiento no aprendido). Estos son un modelo complejo de comportamiento determinado genéticamente. Los reflejos simples y las necesidades orgánicas son innatas en el ser humano. Un guiño o un movimiento rápido con la cabeza como respuesta espontánea y anticipada es un acto reflejo y no un instinto.

Dentro de la diversidad del comportamiento cultural humano existen rasgos comunes; las sociedades son universales culturales. Todas las culturas tienen alguna forma de sistema familiar. La institución del matrimonio es un universal cultural. También lo son el arte, la danza, la diversión y la higiene entre otros, aunque no hay tantos como parece.

Otro tema que se trata en este texto es la existencia de sociedades premodernas. Todo explorador y comerciante que viajó por Europa durante la época de descubrimientos encontró gente muy diversa. Marvin Harris dijo que había civilizaciones que vivían como los antepasados en la era de piedra, viviendo de la caza. Existieron multitud de sociedades premodernas, que pueden agruparse en tres grandes tipos: cazadores y recolectores (que vive de la caza, la pesca y la recolección de plantas comestibles. Además, no existen desigualdades sociales, el status deriva del sexo y la edad), sociedades agrarias (pequeñas comunidades que viven de la caza y la pesca, y de la agricultura. Las más desarrolladas forman estados.) y sociedades de pastores (dependientes de la cría de animales domésticos para la subsistencia material. Marcadas por desigualdades y gobernada por reyes).

Con los años Occidente se expandió y se produjeron numerables conquistas de muchas zonas del mundo, alterando los sistemas sociales y las culturas.
Con la industrialización se aceleró el transporte y la comunicación. De ahí surgieron los primeros estados nacionales, las sociedades industrializadas En la actualidad, los estados tradicionales ya no existen. Los pocos cazadores y pastores son excepciones. La industrialización y su consiguiente surgimiento de la producción mecánica las ha hecho desaparecer en la historia. Las sociedades industrializadas son diferentes a cualquier tipo de orden social anterior.

En las sociedades industrializadas la producción industrial es la base principal de la economía. Los países industrializados del Primer Mundo son los Occidentales y Japón. Los países del Segundo Mundo eran sociedades industrializadas comunistas. Mientras que el Tercer Mundo son áreas anteriormente colonizadas y su población trabaja en la producción agrícola.
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Alex

Batallas urbanas

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Gènova 2001, Grècia 2008...
Són només dos exemples d'una ja massa llarga llista de ciutats que han esdevingut testimonis de les batalles urbanes en les que s'enfronten les forces policials, símbols del monopoli de la violència estatal, i grups antisistema, alterglobals i/o anarquistes que posen en dubte l'statu quo que els ha estat imposat.

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Gerard

Estratificación y estructura de clase

No hay duda de que las desigualdades existen en todos los tipos de sociedad humana. Para describir estas desigualdades los sociólogos hablan de una estratificación social. La estratificación puede definirse como las desigualdades estructurales que existen entre diferentes grupos de individuos, y hay cuatro sistemas de estratificación básicos: esclavitud, casta, estamento o estado y clase. La estratificación por clase es la única que sigue en vigencia, por lo tanto centraremos nuestra atención en ella, pero no sin hacer antes una pequeña descripción de los sistemas nombrados.

· La esclavitud es una forma extrema de desigualdad en la que unos individuos son propietarios de otros. Desde hace un siglo la esclavitud se ha ido erradicando y en la actualidad ha desaparecido casi por completo.

· El término casta, que se suele asociar con las culturas del subcontinente indio, significa “raza” o “estirpe pura”, y no llega a constituir un sistema, sino que se trata de una diversidad de creencias y prácticas variables difusamente conectadas.

· Los estamentos o estados eran estratos con diferentes obligaciones y derechos recíprocos, algunos de los cuales estaban establecidos por la ley.

La clase se puede definir como el conjunto de personas que se reúnen a gran escala para compartir ciertos recursos económicos, los cuales tienen una gran influencia en la forma de vida que pueden llevar. La clase de un individuo es adquirida, ya que se permite el movimiento ascendente o descendente en la estructura de clases. Las clases se rigen por las diferencias económicas que existen entre los grupos de individuos y en las desigualdades en la posesión y control de los recursos materiales, cosa que hace que los límites entre clases no estén del todo claros.

Se han creado teorías de la estratificación en las sociedades modernas. Las más influyentes fueron los enfoques creados por Karl Marx y Max Weber.

La teoría de Karl Marx


Para Marx, una clase era un grupo de personas que tienen una relación común con los medios de producción, es decir, con aquellos con los que se ganan la vida. En las sociedades industriales modernas, las dos clases principales son la de quienes poseen los medios de producción –los industriales o capitalistas- y la de aquellos que se ganan la vida vendiéndoles su fuerza de trabajo –la clase obrera o, como los llamaba Marx, el proletariado-.

Marx afirmaba que la relación entre las clases se basa en la explotación, y a su vez, le impresionaban las desigualdades que llegaba a generar el sistema capitalista. Con el desarrollo de la industria moderna, la riqueza se produce a una escala jamás vista anteriormente, pero los trabajadores apenas pueden acceder a esa ganancia que genera su trabajo; de modo que siguen siendo relativamente pobres, mientras crece la riqueza acumulada por los propietarios.
Junto a las dos clases fundamentales nombradas anteriormente –los industriales y la clase obrera- existe lo que Marx denominó a veces clase de transición. Esta clase esta compuesta por grupos residuales que proceden de un sistema de producción anterior, como podrían ser los campesinos en las sociedades modernas.

La teoría de Max Weber

Max Weber parte del análisis desarrollado por Marx, modificándolo y reelaborándolo. Weber coincide con Marx en que la clase se basa en condiciones económicas objetivas, sin embargo, cree que en su formación también son importantes otros factores económicos, aparte de los reconocidos por Marx. Entre estos recursos se pueden incluir especialmente los conocimientos técnicos y las cualificaciones que influyen en el tipo de trabajo que las personas pueden obtener. Además Weber distingue otros dos aspectos básicos de la estratificación, independientemente del de la clase: los estatus y los partidos.

El estatus alude a las diferencias que existen entre dos grupos en relación a la reputación o al prestigio que les conceden los demás. Tener una posición privilegiada en sentido positivo otorga un prestigio, mientras que en sentido negativo nos situaría en un grupo parias. Las clases se derivan de los factores económicos que están relacionados con la propiedad y las ganancias; la posición se rige por la cambiante forma de vida de cada grupo. La posesión de riqueza suele otorgar un estatus elevado, pero hay muchas excepciones.

Los partidos se definen como un grupo de personas que trabajan conjuntamente porque tienen orígenes, aspiraciones o intereses comunes. La posición y la organización de los partidos pueden influir en las circunstancias económicas de los individuos y de los grupos, afectando, por consiguiente, a la clase.

Respecto a las sociedades occidentales, hoy en día la asignación de una clase social se produce por la riqueza y la renta del individuo. La riqueza se compone de todos los bienes que poseen los individuos, mientras que la renta es el salario o sueldo que procede de un trabajo remunerado, además del dinero que puedan generar las inversiones. El problema de esta estratificación es que tanto la distribución de la riqueza como la distribución de la renta siguen siendo desiguales y, por si esto no es suficiente, la situación sigue agravándose gracias al capitalismo, que hace a los ricos más ricos y a los pobres más pobres.

Movilidad social

Como ya hemos comentado, la clase de un individuo es adquirida, ya que este puede cambiar su situación socioeconómica. Podemos estudiar dos tipos de movilidades sociales: la movilidad intrageneracional y la movilidad intergeneracional.

La movilidad intrageneracional se puede examinar en las carreras profesionales de los individuos, es decir, hasta qué punto se desplazan hacia arriba o hacia abajo en la escala social durante su vida laboral. Mientras que la movilidad intergeneracional analiza en qué medida los hijos tienen el mismo tipo de empleo que sus padres o abuelos.

El hecho de que exista la movilidad social hace que muchas personas se esfuercen por tal de conseguir un mejor empleo y un sueldo más elevado. Sin embargo, aunque muchos crean que cualquiera puede llegar a la cima si trabaja duro y con suficiente constancia, sólo una minoría lo consigue. Además se debe tener en cuenta que quienes ocupan las posiciones de poder y riqueza disponen de muchas más posibilidades para perpetuar sus ventajas y traspasarlas a su descendencia. Pueden hacer, por ejemplo, que sus hijos tengan la mejor educación posible, y eso tiende a llevarles hacia buenos trabajos. Por lo tanto, podemos decir que la mayoría de los que llegan a la cima juegan con ventaja, ya que provienen de familias profesionales o acomodadas.

Volviendo al tema de la estratificación, El género es uno de los ejemplos más profundos de ella. No hay sociedades en las que el hombre no tenga, en ciertos aspectos de la vida social, más riqueza, un estatus mejor o más influencia que la mujer.

Frank Parkin afirma, en un estudio clásico sobre estratificación, que el estatus de la mujer tiene realmente muchas desventajas en comparación con el del hombre en diversas áreas de la vida social en las que se incluyen las oportunidades de trabajo, la propiedad de bienes, los ingresos, etc.

Se puede señalar que las mujeres, incluso hoy, suelen estar relegadas al “ámbito” privado: el mundo familiar doméstico, los niños y la casa. Por otra parte, los hombres tienen una vida más “pública” y determinan cómo se distribuye la riqueza y el poder. Su mundo es el del trabajo remunerado, el de la industria y la política. Con el paso del tiempo estas diferencias se van acortando, sin embargo, aún falta bastante para que haya una igualdad total, y en cualquier caso, es bastante complicado que se lleve a cabo.
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Eloy

Tipos de desigualdades

Las desigualdades de género, edad y etnia

Si bien cuando hablamos de estratificación social en la sociedad del capitalismo nos referimos principalmente a las clases sociales, no debemos olvidarnos otros ejes de estructuración social como el género, la edad y la etnia. Estos ejes producen posiciones desiguales en el acceso a los recursos, ya sean estos, económicos, laborales, culturales, etc.

Las desigualdades por razón de género

Es indudable el hecho de que existen las desigualdades de género. Estas desigualdades son una de las formas más antiguas de desigualdad social, independientemente del la aparición del capitalismo. Desde que nacemos nos visten de una u otra manera y esperan de nosotros un comportamiento determinado en función del sexo.

Así pues, si bien en la mayoría de las sociedades de capitalismo avanzado tanto los hombres como las mujeres son iguales ante la ley, no lo hacen del mismo modo con algunos aspectos, ya que todavía hay ámbitos minoritariamente masculinos y ámbitos minoritariamente femeninos, como podrían ser las labores del hogar o los lugares de responsabilidad política, respectivamente. Hemos de decir que estas minorías van aumentando con el paso de los años, pero todavía les falta mucho para llegar a una igualdad en dichas labores.

Uno de los motivos por el cual la mujer no suele optar a lugares de responsabilidad política, profesiones técnicas como la ingeniería o altos cargos en las empresas es que la posibilidad masculina de hacer una carrera, ya que no deben contar con la dedicación al trabajo reproductivo.

Sin embargo, el hecho de que la vida laboral de la mujer sea, como norma general, más corta que la de los hombres (a causa de la baja actividad laboral femenina y a su carácter intermitente) no debería hacer que se excluyese a las mujeres del análisis de la estructura social. De hecho, con respecto a esto, hay tres estrategias de análisis:

· Género y clase como fenómenos diferentes. La posición convencional. En esta estrategia la posición social de la familia es la dada por la cabeza de familia, el hombre, por lo tanto, el status de la mujer es igual que el de su marido, o incluso el de su padre. Las mujeres sólo determinan su propio status si no están ligadas a un hombre.

· El género puede ser integrado en las teorías de estratificación. Críticas a la posición convencional. Estas aportaciones teóricas intentan introducir el género y tienen en común la defensa de la primicia de la clase sobre el género. Las aportaciones del marxismo-feminismo creían que la exclusión de las mujeres del mercado productivo les aseguraba a los hombres un control total en todas las esferas. Además no se tenían en cuenta las familias de clase heterogenia, ya que se estaban clasificando erróneamente a aquellas familias en las que la mujer ocupaba una posición de clase superior a la del hombre.

· Hacia una nueva conceptualización de las teorías de estructura social. Aquí se considera un error intentar añadir el género a las teorías de clases existentes. El feminismo radical pone en primer plano una dimensión que las teorías de clases no habías tenido en cuenta: el trabajo doméstico como modo de producción patriarcal. Y se considera que las perspectiva más adecuada para abordar las relaciones entre clase y género la proporcionan las teorías de la producción/reproducción., ya que la dedicación al trabajo reproductivo que recae casi exclusivamente sobre las mujeres no les otorga las mismas posibilidades que a los hombres de estudiar una carrera; por lo tanto, esta teoría evidencia que el mercado de trabajo y, consecuentemente, la estructura de clases no son exactamente neutras.

Todo esto conlleva una dificultad empírica de asignación de posiciones de clase a las mujeres y al problema de la unidad de análisis. Los estudiosos de la estructura social no se han puesto de acuerdo sobre cuál ha de ser la unidad de análisis en el estudio de la estructura de clases: la familia o el individuo.

El individuo como unidad de análisis

- El modelo individual: Las mujeres, al igual que los hombres, deben ser clasificadas por su propia ocupación.

La familia como unidad de análisis

- Modelo convencional: La posición de la cabeza de familia -el hombre- es la posición del conjunto de la familia.
- Principio de dominación: La familia se define por la posición de mercado más alta de uno de sus miembros, sea hombre o mujer.
- Media de las dos: Posición de clase resultante de la media de las posiciones de ambos cónyuges.
- Modelo combinado: La posición de la clase de la familia se define por la combinación de ambas posiciones, la del hombre y la de la mujer.

De entre todas estas propuestas, y teniendo en cuenta la perspectiva de producción/reproducción que asumíamos el modelo combinado es el más coherente, aparte de que es el que más información nos proporciona.

Las desigualdades por razón de edad

Otro factor que provoca desigualdades es la edad. El contenido de las desigualdades de edad ha ido cambiando históricamente. Con las sociedades de capitalismo avanzado hemos pasado de una sociedad en la cual el aumento de la edad tiende a conceder poder y recursos a una sociedad en la que viejos y jóvenes tienen menos acceso a los recursos económicos y de poder. En general, los estudios de estratificación social hacen referencia a las desigualdades entre los grupos de edad, pero dejan claro que se trata de otra dimensión.

Uno de los grandes errores en los estudios sobre estructura social es confundir la edad con la generación. El concepto de grupo de edad se refiere a un agregado de personas que se diferencian de la resta en función de la edad, mientras que la generación es una forma de grupo de edad.

La edad forma la base de un sistema de estratificación, en donde los estratos de edad tienen asignados un conjunto de roles que se relacionan con la edad. Pero, aunque la edad nos permite entender ciertas desigualdades sociales, su relación con la clase o el género nos puede permitir entender mejor los procesos de estructuración social.

Existen grandes desigualdades de clase entre los viejos en función básicamente del patrimonio y los ahorros acumulados, como también de todas aquellas diferencias culturales, de poder y simbólicas asociadas a su clase pasada.

La edad o el ciclo de vida familiar afectan de diferente modo a hombres y mujeres. Si los treinta y cinco años pueden representar para un hombre su plenitud laboral, para la mayoría de las mujeres representa la retirada del mercado de trabajo, para centrarse en la familia.

Etnia y Raza

Otro factor de estructuración importante es la etnia. La cualidad de la etnia se refiere a las prácticas culturales que distinguen una comunidad de otra. Las distinciones étnicas están asociadas con las formas de desigualdad económica o de poder. Las desigualdades étnicas están muy relacionadas con la clase y el género. En el caso de la clase, el racismo o la xenofobia están muy vinculados con la inmigración económica y con el reconocimiento, ya que, por ejemplo, el hombre es racista con los inmigrantes pobres de países en vías de desarrollo, como podría ser un inmigrante camerunés que vendiese CD’s en la calle, pero no lo es con Samuel Eto’o, jugador camerunés del F.C. Barcelona.

En el caso del género, la etnia pone de manifiesto que las mujeres, aunque a menudo son tratadas como una categoría homogénea, sufren fuertes desigualdades internas. Walby afirma que incluso la base de la desigualdad de género es diferente para las mujeres blancas que para las mujeres negras. De hecho, las feministas negras critican las teorías feministas de las blancas porque aparecen como universales, cuando en el fondo tienen como referente a las mujeres blancas de clase media.
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Eloy

Diferencias de clases

La clase alta

La expresión de clase alta se aplica al sector con más riqueza y poder. Dentro esta clase, tiende a haber divisiones en cuanto a la posición bastante claras, es decir, entre “viejos” y “nuevos” ricos. Las familias cuyas propiedades han pasado de generación en generación menosprecian con frecuencia a quienes se han enriquecido con su propio esfuerzo.

La propiedad otorga poder y los miembros de la clase alta están desproporcionadamente representados en los más altos niveles del poder. Su influencia arranca, por una parte, del control directo del capital industrial y financiero y, por otra, de su acceso a las posiciones más importantes en las esferas política, educativa y cultural.

La clase media

La expresión clase media designa a personas que tienen ocupaciones muy diferentes. Hay tres sectores bastante distintos dentro de la clase media:

La vieja clase media se compone de trabajadores por cuenta propia que son propietarios de pequeños negocios, comercios locales y pequeñas explotaciones agrícolas. Si la vieja clase media no ha disminuido tanto como algunos pensaron que ocurriría es porque hay una gran cantidad de gente que quieren intentar abrir un negocio propio.

La clase media alta se compone principalmente de quienes ocupan puestos de directivos o profesionales que suelen disfrutar de privilegios como son los altos salarios, la seguridad en el trabajo y otras prestaciones complementarias. La mayoría de estas personas ha tenido algún tipo de educación superior y una proporción bastante alta esta clase mantiene posturas progresistas en cuestiones políticas y sociales.

La clase media baja la forman empleados con una remuneración salarial baja. Muchas personas de esta clase se identifican con los mismos valores que las de posiciones mejor remuneradas, aunque quizá vivan con una renta menor que la de los trabajadores manuales mejor pagados.

La clase obrera


La clase obrera abarca a quienes tienen oficios manuales. Al igual que en la clase media, tiende a haber divisiones acusadas dentro del conjunto de la clase obrera. La clase obrera alta está compuesta por los trabajadores cualificados que tienen rentas, condiciones de trabajo y una seguridad en el empleo superiores a las de los puestos de cuellos azul. Por otra parte, la clase obrera baja está compuesta por aquellos que realizan trabajos no cualificados o semicualificados que necesitan poco aprendizaje. La mayoría de estas ocupaciones generan ingresos más bajos y una menos seguridad en el empleo de las cualificadas.

La infraclase

Una gran línea de demarcación dentro de la clase obrera se da entre la mayoría étnica y las minorías desfavorecidas, que componen una infraclase que tiene unas condiciones laborales y un nivel de vida bastante inferior al de la mayoría de la población. Muchos de los miembros de esta clase son desempleados a largo plazo o trabajadores que vagan sin rumbo de un empleo a otro.
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Eloy

Pobreza y desigualdad


Con la implantación del capitalismo la sociedad se interesa más por el beneficio individual que por el beneficio colectivo. Las personas son capaces de pisotear a los demás con tal de conseguir una mejor situación económica y social, sin tener presente las consecuencias que puede acarrear para los demás. Este hecho hace que la pobreza siga vigente en nuestra sociedad y que además se agranden las desigualdades entre las clases más ricas y las más pobres.

Habitualmente se suele distinguir entre pobreza absoluta o de subsistencia y pobreza relativa. La pobreza absoluta o de subsistencia se refiere a la carencia de requisitos básicos para mantener una existencia física saludable, mientras que se habla de pobreza relativa cuando no se tiene el nivel de ingresos necesarios para satisfacer todas o parte de las necesidades básicas, ocultando, en este caso, las variaciones que se producen en las necesidades reales de las personas.

El número de personas que vive en la pobreza o en el límite de la misma aumentó drásticamente durante los años ochenta. Todas las sociedades, independientemente de su sistema económico y social, intentan, en mayor o menor medida, revertir esta situación. El principal objetivo es acabar con la propagación de la pobreza infantil, y para ello optan por políticas de ayudas sociales.

Los programas de asistencia social que están bien planteados y que se gestionan de forma sistemática, junto a políticas públicas que ayudan a disminuir el desempleo, reducen los niveles de pobreza. Probablemente, la sociedad tiene que pagar un precio por ello, no sólo a través de una alta presión impositiva, sino en el desarrollo de organismos administrativos burocráticos que pueden apropiarse de una gran cantidad de poder.

Clase, desigualdad y competitividad económica

Las desigualdades entre los pobres y los que tienen más poder adquisitivo han aumentado. Este hecho hace que nos planteemos si es este aumento de la desigualdad el precio que hay que pagar para mantener un desarrollo económico. Según nuestro punto de vista, es posible conseguir un desarrollo económico apostando por una política más igualitaria, en donde los intereses colectivos predominen sobre los individuales. De hecho, los países en los que el conjunto de las desigualdades es relativamente bajo han prosperado más que aquellos en los que la división entre ricos y pobres es mayor.

Las desigualdades económicas son una característica permanente de todos los sistemas sociales, y las divisiones de clase son cruciales en estas desigualdades. No proponemos crear una sociedad en donde no haya clases sociales y en donde todos seamos iguales, porque sería una utopía. Sin embargo, deberíamos intentar crear una sociedad más justa e igualitaria, y para ello uno de los pasos sería erradicar la pobreza.
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Eloy

martes, 9 de diciembre de 2008

Les desigualtats de gènere

Un dels punts principals a tenir en compte en aquesta temàtica és, sens dubte, el gran canvi que hi ha hagut de percepció: la immensa majoria de la societat ja no creu que aquestes desigualtats siguin lògiques i inqüestionables, fet que facilita molt la tasca i les feines que busquen una major igualtat en matèria de gènere.

I parlem de gènere, referint-nos a les diferències socials, i no a sexe, que es refereix a les diferències biològiques i naturals.

En totes les societats, homes i dones realitzen funcions diferents, i ja des de l’escola s’educa als més petits perquè acceptin aquest “repartiment de tasques” i l’assumeixin com a ordre social “normal”. Els rols socials que prenem com a individus ja venen determinats per la seva corresponent assignació de rol femení o rol masculí, que a la seva vegada convergeixen en àmbits socials que passen a tenir un gènere determinat. Aquesta divisió sexual del treball, però, no hauria de comportar, necessàriament, que les diferències entre gèneres es convertissin en desigualtats. Aquí, però, recau la característica del sistema patriarcal que, com apunten diversos experts i expertes, caracteritza la societat actual, situant-se els homes per damunt de les dones de moltes formes i maneres diferents, sigui amb opressió política, laboral o, senzillament, social.

La societat actual està clarament marcada per una separació dels espais públics, d’ampli domini masculí, respecte els espais i la vida privada, que, en contraposició al prestigi i valor de l’àmbit públic, se li ha atribuït un reduït valor simbòlic, sentimental gairebé. No obstant, en les societats del mal anomenat Tercer Món, on la família, com actor social, té unes funcions econòmiques i socials molt majors que al model occidental, les dones exerceixen una influència política enorme a través de les relacions familiars.

I potser convindria prendre’n bona nota, ja que molts experts apunten a que els models socials i productius indígenes del “Tercer Món” són el futur, si es vol viure en un planeta sostenible i habitable a llarg plaç, en contraposició al “paradigmàtic” plantejament neoliberal capitalista.
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Gerard

La mort de les polítiques socials

Com bé apunta José Adelantado en el seu estudi, la política social, com a tal, està directament relacionada amb el benestar de les persones a través de l’acció social. És a dir, el nivell i la qualitat de vida de la massa social estan lligades a l’acció social que es realitzi per part de les institucions o, no ho oblidem, de la pròpia iniciativa privada, sigui a nivell empresarial o personal.

Aquest darrer element és força oblidat, degut a dues senzilles raons: la primera és l’estat polític infantil en el que viu la majoria de la societat. Les crítiques generalitzades indiscriminades a la gestió dels governs són l’últim estadi de l’acció individual: l’immobilisme és la conducta majoritària del ciutadà, l’element que conforma la societat. L’altra raó per la qual l’acció social que sorgeix de la iniciativa privada és una característica que no es contempla és pel curs que han pres les gestions empresarials; una empresa busca el seu benefici i el dels seus accionistes, per què ha de preocupar-se per la societat? Fins i tot, en la majoria de casos, s’oblida que s’està donant un servei a l’individu, i la màxima d’”el client sempre té la raó” és arraconada per l’”això és el que hi ha, si t’agrada bé, si no, busca-te’n un altre”.

Seguint els continguts comentats per Adelantado, per fer una correcta aproximació a les polítiques socials, i a la crisi per les quals aquestes estan passant, s’ha de fer esment a una sèrie de conceptes i definicions. El primer d’ells és el benestar social, entès com els acords socials (expressió que recorda el cèlebre “Contracte social” filosòfic) existents per delimitar les necessitats dels individus i grups en una societat. Ja en la definició es planteja l’objectiu i la postura que s’ha posat en pràctica des de sempre en matèries socials: “delimitar les necessitats dels individus i grups en una societat”. Unes polítiques de mínims; assolir les necessitats. Per què excedir-se en matèria social? S’han de cobrir les necessitats bàsiques i destinar els fons, que recordem provenen dels propis individus, a d’altres tasques, en matèria de defensa, per exemple.

L’altre gran element a tenir en compte quan es parla de polítiques socials és el que es considera problema social. L’exemple citat per José Adelantado és immillorable: “una persona en situació d’atur pot tenir necessitats imperioses, però només si l’atur afecta a una part considerable de la població es pot considerar un problema social. Les necessitats poden ser individuals però els problemes socials no; ara bé, per a què un problema sigui social no és suficient que afecti a moltes persones, és necessari que sigui percebut i valorat com a tal per la societat, i les percepcions estan molt influenciades pels judicis de valor”.

Comentem detalladament aquest darrer fragment. Hi ha dos elements a tenir en compte: el primer és l’acte d’obviar, qualificar-lo de menysprear seria excessiu, l’individu. El problema d’un individu social no té importància; en canvi, sí que esdevé important quan aquest problema afecta a una capa major de la societat. Aquest plantejament deixa indefens a aquell ciutadà que, per diverses raons, es trobi sol, o amb poc recolzament, davant d’un fet. És el cas de, per exemple, la gent amb malalties poc esteses que han de pagar un preu exorbitant per la seva medicació. Bé és cert, com ja hem comentat unes línies abans, que la societat tendeix a una excessiva dependència de l’Estat o de les institucions: davant d’un problema, la culpa i, conseqüentment, la solució del problema deriva de l’Estat o de la institució pertinent. Aquesta actitud demostra una falta total de responsabilitat ciutadana, però no és aquest el tema central en aquest moment.

L’altre element a destacar del text d’Adelantado és el fet que el que un problema afecti a un gran sector de la població no és motiu suficient per esdevenir sensible a ser solucionat. “S’ha de percebre i valorar com a tal - com a problema - per la societat”.

El problema, com bé apunta en David, un activista del moviment “Catarko” del Prat del Llobregat, és que des de l’Estat i les institucions han tornat a la societat en contra d’ells mateixos. En molt poques ocasions “la societat” percebrà i valorarà com a tal un problema social que afecta a d’altres sectors de la societat. I ja no parlem si la problemàtica afecta a pocs individus, o si aquests no tenen gaire pes social, com seria el cas de la indigència, tot i que aquest exemple no seria vàlid perquè, malauradament, no afecta a pocs individus. En relació al fet que no massa habitualment la societat consideri com a tal un problema social que afecta a d’altres grups socials, l’exemple és evident: quan els treballadors de Nissan tallen la Ronda de Dalt a les 9 del matí per tal de combatre les directrius a partir de la quals els despatxaran, els conductors dels vehicles que es veuen aturats no se sumen a la manifestació donant suport a uns conciutadans que es troben amb problemes greus, sinó que maleeixen els mobilitzats i es queixen, degut a que arribaran tard a la seva de feina. Ni tan sols pensen amb egoisme: si pensessin en ells mateixos, seguint una postura individualista en el sentit teorico-polític, es preocuparien per, si el dia de demà, es troben sense feina i també donarien suport al sector social en conflicte, per tal d’assegurar-se un mínim gest institucional que li asseguri la seva pròpia feina en un possible futur conflictiu laboralment parlant.

Repeteixo. El problema és que la societat s’ha tornat en contra d’ella mateixa. Enlloc de crear un compromís social entre els propis ciutadans, basat en la responsabilitat moral, ja sigui per altruisme o per individualisme, miren per ells mateixos sense capacitat de cooperació, sinó amb l’objectiu d’assolir les funcions per les quals la societat el necessita: feina, família i altres compromisos personals.

El principi de la decadència, però, ve relacionat amb el primer concepte que hem analitzat. El benestar social consisteix en “delimitar” les necessitats socials dels individus. Des de l’Estat i les diferents institucions - ens referim constantment a ells com els eixos, també autoproclamats, de gestió social – es busca el radi d’acció que es creu oportú per a les polítiques socials. Però la desconnexió amb la realitat dels qui gestionen de les polítiques socials, sumada a l’egoisme personal i a les pressions empresarials, tot això traduït en dèficits econòmics, fa plantejar una solució: reduir el radi d’acció considerat com a correcte per aplicar les polítiques socials. Aquest buit que es crea l’ocupen, ràpidament, les iniciatives empresarials privades, que el que fan és pressionar econòmicament a la societat per tal d’extreure’n beneficis, requeriment lícit des del punt de vista empresarial però totalment injust tenint en compte el volum econòmic en matèria d’impostos que s’extreu de la pròpia societat. A més, i per acabar de tancar el cercle viciós, la societat, com que se li ha inculcat que no ha de cooperar, sinó mirar per un mateix, no es revolta davant d’aquesta reducció de polítiques socials, sinó que busca, d’entre totes les ofertes privades, la que millor li pot anar i s’hi adapta.

D’aquesta manera, el cercle es va estrenyent: si els grups socials romanen callats, o relativament inactius, el radi d’acció de les polítiques socials, o dit d’altra manera, la “delimitació” (seguint el vocabulari emprat per José Adelantado) del que es considera benestar social i, per tant, necessitats socials, es pot anar fent més i més petit.

A tota aquesta problemàtica se li ha de sumar el fet que, al no pensar en la resta de sector de la societat, les reivindicacions majoritàries dutes a terme pels individus no són innovadores ni tenen, en la seva majoria, una veritable repercussió política o social.

Per acabar-ho de contextualitzar, hem de recordar que la màxima del capitalisme és l’acumulació infinita i constant de beneficis i la competència directa. Aquest sistema, però, no és compatible amb un planeta amb recursos limitats, ni tampoc és acceptable un lliure mercat on l’oferta mana, quan la societat es troba desprotegida en matèria social i, per tant, es veu obligada totalment a entrar en el “lliure” mercat.

El que està clar, i és clarament deduïble, és que la societat del benestar i del consum no és igual per a tots. Això és evident. El que és més preocupant, però, és l’oblit i la deixadesa total que s’està duent a terme pel que fa a tasques socials: la societat és la base d’absolutament tot el ritme global, i si no intentem que l’individu social es preocupi pels seus conciutadans com a iguals, el problema, en un futur més immediat del que sembla, pot ser més que greu.

Com bé apunta José Adelantado en el seu estudi, la política social, com a tal, està directament relacionada amb el benestar de les persones a través de l’acció social. És a dir, el nivell i la qualitat de vida de la massa social estan lligades a l’acció social que es realitzi per part de les institucions o, no ho oblidem, de la pròpia iniciativa privada, sigui a nivell empresarial o personal.

Aquest darrer element és força oblidat, degut a dues senzilles raons: la primera és l’estat polític infantil en el que viu la majoria de la societat. Les crítiques generalitzades indiscriminades a la gestió dels governs són l’últim estadi de l’acció individual: l’immobilisme és la conducta majoritària del ciutadà, l’element que conforma la societat. L’altra raó per la qual l’acció social que sorgeix de la iniciativa privada és una característica que no es contempla és pel curs que han pres les gestions empresarials; una empresa busca el seu benefici i el dels seus accionistes, per què ha de preocupar-se per la societat? Fins i tot, en la majoria de casos, s’oblida que s’està donant un servei a l’individu, i la màxima d’”el client sempre té la raó” és arraconada per l’”això és el que hi ha, si t’agrada bé, si no, busca-te’n un altre”.

Seguint els continguts comentats per Adelantado, per fer una correcta aproximació a les polítiques socials, i a la crisi per les quals aquestes estan passant, s’ha de fer esment a una sèrie de conceptes i definicions. El primer d’ells és el benestar social, entès com els acords socials (expressió que recorda el cèlebre “Contracte social” filosòfic) existents per delimitar les necessitats dels individus i grups en una societat. Ja en la definició es planteja l’objectiu i la postura que s’ha posat en pràctica des de sempre en matèries socials: “delimitar les necessitats dels individus i grups en una societat”. Unes polítiques de mínims; assolir les necessitats. Per què excedir-se en matèria social? S’han de cobrir les necessitats bàsiques i destinar els fons, que recordem provenen dels propis individus, a d’altres tasques, en matèria de defensa, per exemple.

L’altre gran element a tenir en compte quan es parla de polítiques socials és el que es considera problema social. L’exemple citat per José Adelantado és immillorable: “una persona en situació d’atur pot tenir necessitats imperioses, però només si l’atur afecta a una part considerable de la població es pot considerar un problema social. Les necessitats poden ser individuals però els problemes socials no; ara bé, per a què un problema sigui social no és suficient que afecti a moltes persones, és necessari que sigui percebut i valorat com a tal per la societat, i les percepcions estan molt influenciades pels judicis de valor”.

Comentem detalladament aquest darrer fragment. Hi ha dos elements a tenir en compte: el primer és l’acte d’obviar, qualificar-lo de menysprear seria excessiu, l’individu. El problema d’un individu social no té importància; en canvi, sí que esdevé important quan aquest problema afecta a una capa major de la societat. Aquest plantejament deixa indefens a aquell ciutadà que, per diverses raons, es trobi sol, o amb poc recolzament, davant d’un fet. És el cas de, per exemple, la gent amb malalties poc esteses que han de pagar un preu exorbitant per la seva medicació. Bé és cert, com ja hem comentat unes línies abans, que la societat tendeix a una excessiva dependència de l’Estat o de les institucions: davant d’un problema, la culpa i, conseqüentment, la solució del problema deriva de l’Estat o de la institució pertinent. Aquesta actitud demostra una falta total de responsabilitat ciutadana, però no és aquest el tema central en aquest moment.

L’altre element a destacar del text d’Adelantado és el fet que el que un problema afecti a un gran sector de la població no és motiu suficient per esdevenir sensible a ser solucionat. “S’ha de percebre i valorar com a tal - com a problema - per la societat”.

El problema, com bé apunta en David, un activista del moviment “Catarko” del Prat del Llobregat, és que des de l’Estat i les institucions han tornat a la societat en contra d’ells mateixos. En molt poques ocasions “la societat” percebrà i valorarà com a tal un problema social que afecta a d’altres sectors de la societat. I ja no parlem si la problemàtica afecta a pocs individus, o si aquests no tenen gaire pes social, com seria el cas de la indigència, tot i que aquest exemple no seria vàlid perquè, malauradament, no afecta a pocs individus. En relació al fet que no massa habitualment la societat consideri com a tal un problema social que afecta a d’altres grups socials, l’exemple és evident: quan els treballadors de Nissan tallen la Ronda de Dalt a les 9 del matí per tal de combatre les directrius a partir de la quals els despatxaran, els conductors dels vehicles que es veuen aturats no se sumen a la manifestació donant suport a uns conciutadans que es troben amb problemes greus, sinó que maleeixen els mobilitzats i es queixen, degut a que arribaran tard a la seva de feina. Ni tan sols pensen amb egoisme: si pensessin en ells mateixos, seguint una postura individualista en el sentit teorico-polític, es preocuparien per, si el dia de demà, es troben sense feina i també donarien suport al sector social en conflicte, per tal d’assegurar-se un mínim gest institucional que li asseguri la seva pròpia feina en un possible futur conflictiu laboralment parlant.

Repeteixo. El problema és que la societat s’ha tornat en contra d’ella mateixa. Enlloc de crear un compromís social entre els propis ciutadans, basat en la responsabilitat moral, ja sigui per altruisme o per individualisme, miren per ells mateixos sense capacitat de cooperació, sinó amb l’objectiu d’assolir les funcions per les quals la societat el necessita: feina, família i altres compromisos personals.

El principi de la decadència, però, ve relacionat amb el primer concepte que hem analitzat. El benestar social consisteix en “delimitar” les necessitats socials dels individus. Des de l’Estat i les diferents institucions - ens referim constantment a ells com els eixos, també autoproclamats, de gestió social – es busca el radi d’acció que es creu oportú per a les polítiques socials. Però la desconnexió amb la realitat dels qui gestionen de les polítiques socials, sumada a l’egoisme personal i a les pressions empresarials, tot això traduït en dèficits econòmics, fa plantejar una solució: reduir el radi d’acció considerat com a correcte per aplicar les polítiques socials. Aquest buit que es crea l’ocupen, ràpidament, les iniciatives empresarials privades, que el que fan és pressionar econòmicament a la societat per tal d’extreure’n beneficis, requeriment lícit des del punt de vista empresarial però totalment injust tenint en compte el volum econòmic en matèria d’impostos que s’extreu de la pròpia societat. A més, i per acabar de tancar el cercle viciós, la societat, com que se li ha inculcat que no ha de cooperar, sinó mirar per un mateix, no es revolta davant d’aquesta reducció de polítiques socials, sinó que busca, d’entre totes les ofertes privades, la que millor li pot anar i s’hi adapta.

D’aquesta manera, el cercle es va estrenyent: si els grups socials romanen callats, o relativament inactius, el radi d’acció de les polítiques socials, o dit d’altra manera, la “delimitació” (seguint el vocabulari emprat per José Adelantado) del que es considera benestar social i, per tant, necessitats socials, es pot anar fent més i més petit.

A tota aquesta problemàtica se li ha de sumar el fet que, al no pensar en la resta de sector de la societat, les reivindicacions majoritàries dutes a terme pels individus no són innovadores ni tenen, en la seva majoria, una veritable repercussió política o social.
Per acabar-ho de contextualitzar, hem de recordar que la màxima del capitalisme és l’acumulació infinita i constant de beneficis i la competència directa. Aquest sistema, però, no és compatible amb un planeta amb recursos limitats, ni tampoc és acceptable un lliure mercat on l’oferta mana, quan la societat es troba desprotegida en matèria social i, per tant, es veu obligada totalment a entrar en el “lliure” mercat.

El que està clar, i és clarament deduïble, és que la societat del benestar i del consum no és igual per a tots. Això és evident. El que és més preocupant, però, és l’oblit i la deixadesa total que s’està duent a terme pel que fa a tasques socials: la societat és la base d’absolutament tot el ritme global, i si no intentem que l’individu social es preocupi pels seus conciutadans com a iguals, el problema, en un futur més immediat del que sembla, pot ser més que greu.

Gerard

Individualisme internacional

Entenem “individualisme” com una actitud independent i diferenciada respecte la majoria o les normes establertes, tant a la pràctica com en matèria de moral. Un dels pilars bàsics del pensament individualista és l’afirmació que la prioritat han de ser els drets de l’individu, en detriment d’unes estructures socials que, en tot cas, sorgirien dels drets individuals.

Com diu Pierre Lemieux a “El sentiment individualista”, “En un anàlisi superficial, el sentiment individualista pot entendre’s simplement com la consciència de l’individu de la seva existència separada i de la seva necessitat de preservar-la. Tot i que aquesta consciència proporciona, certament, una base pel sentiment individualista, jo l’entenc com quelcom més, a saber: aquesta consciència inclou un sentiment de profunda estima a la dignitat personal, la independència i la pròpia responsabilitat”.

És aquí on recau l’element clau, el quid de la qüestió. L’individualisme, entès i aplicat correctament, no es limita a esdevenir una doctrina socio-política inamovible més, sinó que esdevé una actitud responsable, d’una enorme responsabilitat, d’un mateix envers la societat i les seves necessitats, tan personals com socials.

La teoria filosòfica de l’egoisme, segons la qual qualsevol acte que realitza una persona és en benefici d’un mateix, ja sigui material o moralment, no encaixaria en aquesta concepció individualista que ara ens trobem analitzant. Segons aquesta visió, és tan censurable el fet de deixar l’abric a algú en una freda nit d’hivern, que abrigar-se un mateix condemnant a l’altre a passar fred; totes dues accions buscarien la satisfacció interna d’allò que es desitja, totes dues accions buscarien el benefici personal, ja que el benestar interior d’aquell que, sacrificant-se, passa fred està basat en l’insuportable sentiment de culpa que hauria de carregar si no es desfés de la seva jaqueta en benefici de l’altre. Buscar el plaer personal, fugint del dolor, tant materialment com des d’una visió moral.

No obstant, Piotr Kropotkin, a “La moral anarquista”, es distancia d’aquesta visió subratllant les que serien les dues grans aportacions de l’anarquisme a la concepció política i social a nivell mundial: el tractar als altres com un mateix vol ser tractat i la no imposició de cap conducta o concepció moral. Aquest plantejament és, cenyint-nos a la seva interpretació més literal, senzillament perfecte: el respecte preval per damunt de tot, i el diàleg i l’entesa serien constants entre els éssers humans, al pensar en l’altre de la mateixa manera que l’altre pensa en nosaltres. No obstant, hi ha un element de l’equació que fa que aquesta sigui errònia: l’ésser humà és imperfecte, tendeix a la relaxació i a la relativització dels valors més purs. És en aquest sentit pel que considero que, l’individualisme, i en aquest cas, l’individualisme internacional, va més enllà de les concepcions anarquistes clàssiques de la societat.

Una de les grans crítiques que es fa de l’individualisme és la vessant més egoista que d’aquest es desprèn. I jo pregunto: “La màxima que, podríem dir absolutament tota la humanitat, accepta com a vàlida de “tracta als altres com t’agradaria ser tractat”, o fins i tot, “estima als altres com a tu mateix”, no és l’exemple d’egoisme més pur? Des d’aquesta visió, tota interactuació i qualsevol relació s’ha de tenir en base a l’interès personal: com m’agradaria ser tractat a mi. A mi. Jo mateix sóc l’inici a partir del qual condiciono les meves relacions. No és això egoisme?”.

En aquesta línia trobem l’anarcoindividualisme, que fa especial menció a la revolució de les consciències individuals abans que a les revolucions col•lectives, ja que aquestes derivarien directament d’un procés de reflexió interior i personal. L’educació, en aquest sentit, és absolutament clau. La cultura, l’acció de llegir, la coneixença de corrents polítics i filosòfics alternatius al dogmàtic i vulgarment dualista “dreta-esquerra”, permeten l’acceptació de l’individualisme sense les seves lectures negatives, i la reflexió de com aquesta postura individualista pot aplicar-se d’una forma massiva que permetria evitar els habituals enfrontaments ideològics i morals a favor d’una retroalimentació col•laboracionista amb la vista posada al progrés comú. Del jo interior egoista se’n beneficia tota la societat.

I per poder aplicar aquesta moral individualista, l’element clau, ja citat en els primers paràgrafs d’aquest escrit, no és altre que la responsabilitat. Responsabilitat social però, sobretot, d’un mateix i de la moral pròpia. Per poder actuar individualment, s’ha de ser enormement conscient que la societat és una xarxa d’individus intercomunicats entre ells que, sí, és cert, esdevenen elements independents i diferenciats, però es troben enormement interrelacionats, i és per aquest motiu que la responsabilitat envers els altres, però en especial, la responsabilitat moral de les actituds personals marquen l’èxit de la concepció individualista. Pels individualistes, són els homes i dones lliures els que permeten la creació d’una societat lliure, i el pilar bàsic de la llibertat és la responsabilitat fraternal. Degut a això, l’anarquisme individualista és més aviat una perspectiva socio-filosòfica de la vida, una moral aplicable, que no pas un model polític inamovible i tancat.

Com apunta Lemieux a “El sentiment individualista”: “He sostingut que la llibertat individual no pot sobreviure si el sentiment individualista no està estès entre un gran nombre de persones. El sentiment individualista és compatible amb la societat – almenys en una societat oberta – però està en forta oposició amb l’Estat tal com el coneixem. I aquest sentiment ha estat descendint (almenys en part) perquè els individus s’han tornat addictes a l’Estat. (...) Defensar la llibertat requereix rehabilitar el sentiment individualista i trencar amb l’addicció a l’Estat, una exigència no petita”.

En un context mundial tan globalitzat i recíprocament dependent, la visió individualista dóna l’oportunitat d’obrir una nova via de col•laboració internacional, emmarcada dins un moviment internacionalista que ja ha donat mostres que, seguint les propostes existents fins al moment, no funciona en la seva totalitat. Acceptant la llibertat de l’individu, però també la presència d’aquest dins d’una enorme i complexa xarxa social que, degut a la globalització, ja és d’abast mundial, és inútil seguir actuant localment o, si més no, que aquest sigui el darrer estadi d’acció.

Així doncs, la conscienciació de la dependència mútua, però no des d’una perspectiva dominant, com ha vingut sent la pràctica empresarial i privada, sinó des de la igualtat social, i amb l’objectiu dels beneficis mutus, que només poden generar més beneficis, tant en matèria econòmica com social i estructural, obre un nou camí a seguir. L’habitual confrontació entre les parts, com si un bàndol no tingués la seva raó de ser en la seva oposició a l’altre, només porta al revengisme més absurd: quan m’imposo jo, perjudico l’oposat i em limito a buscar el meu benefici, sigui a curt o a llarg termini, ja que, quan aconsegueixi imposar-se la meva oposició, hauré de poder resistir per plantar-li cara. La superació d’aquesta situació tot buscant una solució innovadora, diferent, i que suposi un repte moralment parlant, però també des d’una vessant tecnològica, social i intel•lectual és el que es planteja l’individualisme. A més, aquesta nova via dóna cabuda a diferents i diverses motivacions: l’element d’unió és l’acceptació d’un mateix com a individu lliure, però la moral que vol acceptar i prendre com a pròpia aquest individu va des de l’ateisme més convençut fins al creient més entregat, i des de l’alternativista més actiu a l’empresari més liberal. De fet, el “prohibit prohibir” anarquista clàssic, és també la màxima dels neoliberals, que busquen la no regulació del mercat. Per aglutinar totes aquestes visions dins d’una mateixa moral, però, i a mode de recapitulació, cal la ja citada responsabilitat, personal i social, i la indispensable educació en la que basar aquesta moral individual però a la vegada aplicada a la societat en general.
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Gerard